jueves, 21 de febrero de 2013

Quise ser claro...


Del poemario  corazón Cúbico 1999-2007

Quise ser claro...


Pero no fui más
que origen en muros,
Apolillado de cemento.



Y estabas ahí,
Sentada boca abajo,
con los ojos hinchados,
y los labios rosados.

...rosados y cansados,
de tanta tragedia.
Mirabas mis excusas,
como roca en la hierba.

Tanta ternura de patio,
tantas flores.
Esas flores que a cada corte,
Fumaban tus lágrimas.

Como mis manos.
Que  envuelven tus sueños,
de madera y hormigón.
Sonaban disparos,
friolentos en la calma.
de tus labios.

Quizás los faroles
se agachen a tu paso,
pero yo les conservo,
conmovido con su contrastes de hierro.

Y les escucho a tu paso,
caminando solo las veredas.

Con el húmedo hedor del aire,
hedor de lluvia sin invierno.
Así estaba mi corazón.
Desolado en el tiempo,
y la vereda.

Se me acercan y me cuentan ionizando tus latencias en el ámbar de sus ojos
que a nadie realmente observan.

Ciegos de escarlata,
sesgan mis ideas...
a tu paso de grafíto
y se alzan imponentes iluminando la nada.

Su luz amarillenta,
se come mis pensares.
Cuaja los relojes,
de tus recuerdos roídos.

Y me atrapan la inquietud.
que se asoma tras la esquina,
por las grietas de tus labios.

Quizás te amanecen
Quizás te despierten.

Y disparan lluvias calidas,
con sus tiros de hoja de verano,
que salpican al mas sereno despertar.

Se que no soy claro,

pero soy bibliotecario entre fascistas. De tus sombras escondidas
tras mis libros de paladio rojizo metal.

Se que aun no soy claro...

Y es que...
no se cuantos charcos deberé caminar.
Y son tus ojos los turbulentos,
en mis sueños en reposo.
y los camino,
como caricia de pan amasado.

Sur de bosques,
eres madrugada.


Se que aun no soy claro...

Es que cada eco de tus pasos,
se martilla en mi pecho.
Y creces en cerrojo,
Mientras pierdo las llaves,
en mi enredo de palabras.


...Y mis dedos.
Helándose se asoman
a mirarte por el otro lado del poste.
te lloran por cañerías,
de vientos oxidados.


Y aun no me aclaro.

Es que con cada paso que no viertes,
con cada mano vacía.
El dolor es insoportable,
sálvame de tu espalda.
Corre de vuelta agonía.

Da la vuelta por favor...
Se que aun no soy claro...
....pero

¿Cómo ser claro si me dueles de sombras,
con cada paso que no viene,
que se van con la vereda,
mis sueños y mi corazón?


“…se me van tus ojos…
y con tigo los míos”