martes, 21 de noviembre de 2006

El sueño de la yerba negra



La yerba negra
-ROnneth (JOrge Amaya S.)

Y golpeó certero
en la calma y el placer.
Destrozó sinceros
humores ardientes,
de sempiternos clamores
en pos de un silencio
inócuo y vanidoso.

cual despertar doliente
dentro de un cielo oscuro
muriendo,
drenaje hirviente.
de sabores amargos y secos de labios
cerrados y pegados.
Taciturnos.

abandonado en la calma,
de vapores mortecinos
se inhundó el aire,
y el viento exploró mis oídos, estridente.

Así nacieron mis primeras pupilas
al cielo azulgrisnegro (cual fuego extinto en ignicion).
nublado y en llamas.
la yerba apagada prendía en rocios reflejos,
de millares de estrellas en constelaciones hidricas,
indolentes y furiosas,
bélicas de rabia, celosas.

Me herguí y admiré
espirales infinitos.
Angustiado en penumbra,
golpeaban los gritos.
Y dendrático se alzaba,
como rompiendo el cuadro,
el gigante de madera,
de un ébano macábro.

Y del pasto muriendo
de negros diamantes,
nació su sangre púrpura,
brotando al compaz de la hiedra.
Muerta.
Que en nueve lunas,
transformó en bestia al ser.
Sogas, hierros y cadalzos,
adornaron llameantes su amanecer.

Promesas de engaños
al momento de jurar sinceridad,
me ofrecen su gloria las flores
marchitas de inversa trinidad.
que se van durmiendo con mi despertar.

Cantos lascivos enbeben el aire,
densos y llenos se alzan invisibles.
Conspiran a destiempo arrebóles con donaire,
golpéan la tierra humeda y terrible.


Me alzo y ruedo por la yerba negra.
Yerba etérea, oscilante.
y el pasto se absuelve,
(ESTA PARTE NO ME GUSTA.
fornicante.
no tiene ese "fino polvo oscuro del verbo,
contonea con la brisa en su cenit. que enbellece las inmundicias").
Liberandose de culpas,
martirizando la nieve.
...ausente y ceniza.

Nieve oscura
de un fino polvo negro.
que enbellece la inmundicia,
de sus raices de hierro.


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Sombras temibles terribles sobras de simples obras
y coplas sin piel.
Plasticos irritables son mas sintéticos y radiantes,
tanto mas fálicos e infaliblemente delirantes.
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Y ahí la yerba deliciosa en sí,
recostado en su espera se posó bajo mi.
Esperó mi silencio y durmió mis canteras,
de sal y de sangre violeta mente carmesí.

( y desperté nuevamente y todo otra vez sucedía.
el suelo, amanecer nocturno, la yerba y la espera. (Otro taldaso ...CUEC!!!?)
la yerba negra.)

y desperté nuevamente
y todo otra vez sucedía.
sangré fuertemente la tinta,
la tinta de luz,
de ese amanecer ficticio,
de máscaras purpuramente infinitas,
de ese dia que nunca fué de mañana.
de un corazón que no palpita.

De un cielo irresoluto,
en su tormenta en llamas.
En su lujuriosa cromátide,
de ventiscas inexorables (inexplicables.)
y así, dormido y sufriente,
quemé mis ojos con agua
que reposaba durmiente,
los pozos de la yerba negra,
de aquella llanura en espera
de los pasos de mandrágoras,
en despertar que otro sueña,
mas que yo veo en mis quimeras
cada noche cuando las velas,
se violentan en espermas,
del gran señor del fuego,
que de mi hizo heredero,
Djin forjador de las estepas,
anfitrión de todo los ocasos del mundo muerto.

...este, nuestro sueño en vida eterno.


·ROnneth·