Hace tanto tiempo que solté la baranda, que volver a caminar sin tu manito, es como meterse la mano al bolsillo y no encontrar eso que tanto buscábamos. Me siento como un viejito que ya no quiere caminar por que sabe que ya no se volverá mover nunca más.
¿Cómo hacía la libélula para secarse las alas y volar de nuevo?
...ya no me acuerdo
...ya no me acuerdo
Sin mi baranda, de este mundo ya no siento mas que el insoportable peso del cielo y su infinidad.
Me siento como abandonado como Atlas; ahí los dos sentados en la vereda, el sujetando el mundo y yo sujetando la bóveda oscura de la noche sin una Luna que le de sentido.
"Cuando llegaste, la luna tubo algún sentido"
Sin mi baranda esa linea pierde sentido así como la Luna y las galletas. Así como la harina para hacer crema, los tallarines a las 3 de la mañana, la casa en las nubes, como el Árbol, el farol que alumbra su costado, los mensajes en papelitos que no alcancé a entregarte, los mensajes sorpresa en los muros y en los techos, chubaca, la cama, el espejo, tus ojos, tu sonrisa, tu boca, tus besos; los besos que guardábamos en el hoyito del cuello para llevarlos lejos en tu ausencia... tus bostezos en mi bolsillo. Me quedan tan poquitos.
"dame la mano, vuela conmigo"
Nada es eterno. Ni siquiera mi espera. Cuando se sequen mis alas, volarán y será junto a la mujer de mi vida, que pensé ya había encontrado.
Lo que te prometí a ti se lo daré a ella. Siempre fue de ella. El amor de mi vida.
Aun que ahora no existas yo se que te encontraré.
Entre tantas de ustedes
¿Cómo no existir en este mundo una mujer que "quiera" amar para siempre?
Que amargo final para el mas hermoso de los cuentos de hadas.